El Jardín de infantes Corazón de María y el colegio Nuestra Señora del Rosario (Primario y Secundario) pretenden ser un lugar de re-evangelización de autentico apostolado y de la acción pastoral directamente dirigida a formar la personalidad cristiana; que se basa en un proyecto educativo en el que se funde fe, cultura y vida, dirigido a la promoción total de la persona.
Debe realizarse como una comunidad en la cual se expresen los valores por medio de autenticas relaciones interpersonales entre los diversos miembros que la componen y por la adhesión no solo individual, sino comunitaria a la visión cristiana de la realidad en la cual se inspira.
VISION DE HOMBRE
Creado por Dios a su imagen y semejanza, redimido por Jesucristo y santificado por el Espíritu Santo, es persona en comunidad de personas.
Mediante el ejercicio de la libertad va “construyendo una comunión y una participación que han de plasmarse en realidades definitivas, sobre tres planos inseparables: la relación del hombre con el mundo, como señor; con las personas como hermanos y con Dios como hijo”.
PROYECCION COMUNITARIA
El Colegio Nuestra Sra. del Rosario y Jardín Corazón de María aseguran institucionalmente a la sociedad pluralista de hoy, una presencia crítica en el mundo de la cultura y de la enseñanza, revela con su misma existencia, las riquezas de la fe, presentándola como respuesta a los grandes problemas que oprimen a la humanidad.
Está llamado a prestar un humilde servicio en el campo educativo escolar, en beneficio de la familia humana, con un especial interés en intensificar la colaboración con las familias. Esta colaboración tiene por objeto no solo las cuestiones escolares sino que tiende a la realización del proyecto educativo, y se acrecienta cuando se trata de cuestiones delicadas como: la formación religiosa, moral y sexual, la orientación profesional y la opción por vocaciones especiales.
VISION DE EDUCACION
Consideramos la educación como un proceso integral que abarca al hombre en su totalidad, ayudándolo a descubrir en el mundo el orden creado, a contemplarlo y respetarlo; a formarse en el sentido crítico y constructivo, procurando una síntesis entre Fe y cultura, y entre Fe y vida.
Es humanizadora, personalizante, revaloriza la identidad cultural; ayuda a descubrir y afirmar la propia vocación.
Es permanente.
Se basa en el trabajo que dignifica y forma para la vida.
Por estar dentro de la misión de la Iglesia es evangelizadora.
El ser humano “sabio” no es aquel que tiene solo muchos conocimientos, sino el que aprende y practica el bien.